martes, 31 de marzo de 2009

TODO SIGUE IGUAL

Todo sigue igual, igual, igual, igual igual..... decía Planeta Pop (una banda que hace muchos años escuché, y de la que sólo seis temas tenía en un cassette), en una rola.

me voy, regreso, todo sigue igual....

me quedo, todo sigue igual....

salgo de casa, todo sigue igual....

de vuelta a la casa, todo sigue igual......

y recuerdo que una parte de la rola Luna Polar del mismo Planeta Pop, decía, "sabes luna insólita y secreta, si no tienes alas no podrás volar..."

jueves, 12 de marzo de 2009

LA IMPORTANCIA DE CAERLE A CU

Hace algunos años, Neto, uno de los tantos vecinos que he tenido, me pidió aconsejarlo para que pudiera tomar una decisión que, a sus 20 años, era demasiado importante.
Un amigo suyo lo invitaba a viajar a la ciudad de México, un fin de semana, con todos los gastos pagados.
El motivo de ese viaje, era para presenciar un partido entre las gallinitas y las chivas, en el Estadio Azteca.
En principio, Neto aceptó la invitación. Pero cuando su patrón le negó el permiso para faltar tres días, se presentó el dilema de éste.
Mi vecino me planteó el problema: dejar su trabajo para irse al partido, o aguantarse y esperar otra oportunidad.
Dada su juventud, y el hecho de que trabajara en una tienda de abarrotes, fueron las razones que le dí para animarlo a ver a su equipo.
No tenía ninguna duda de que encontraría otro empleo, si su patrón no lo perdonaba.
Al final, Neto prefirió conservar la chamba, confiado de que llegarían más oportunidades como ésa.

La anécdota de este desconocido que difícilmente trascenderá en la historia de la humanidad la retomó porque...

Si bien los Pumas tienen millones de seguidores en todo el país, que cada semana están al tanto de sus partidos, muchos de ellos no han tenido la fortuna de verlos en vivo, desde las tribunas del estadio de Ciudad Universitaria.
Para mi resultaba natural ir a CU en domingo. Si me perdía un encuentro, no era el fin del mundo porque en dos semanas estarían de vuelta.
Pero cuando dejé el DF, para venirme a esta Playita del Carmen… Neto me hizo ver que muchos sueñan con el día en que puedan conocer la casa del equipo de sus amores.

Aunque la tecnología nos permite ver los partidos en el preciso momento en que se desarrollan, no se puede comparar con la experiencia de vivirlo al 100 por ciento.
Porque no es sólo ver a nuestro equipo en la cancha. No sólo es gritar “gol” cuando llega.
Quienes han tenido la suerte de ver a los Pumas en su casa, saben lo excitante que resulta ingresar al estadio, y que el partido no termina cuando el árbitro pita el final.
Ir a CU, es una odisea que comienza a kilómetros de distancia, cuando muchos nos juntamos en algun lugar para recorrer la ruta que nos lleva a las tribunas.
Comienza en los vagones del metro, cuando el personal de seguridad nos vigila, mientras cantamos y bailamos, preparándonos para lo mejor.
Comienza en el microbús, en el taxi o en el auto que nos lleva por Insurgentes, por Tlalpan, por barranca del Muerto; por cualquiera de las avenidas que nos dejan cerca de CU, cuando ondeamos la bandera azul y oro.
Antes de que arranque el partido, somos sometidos a constantes revisiones policíacas, por aquello de la seguridad en las tribunas.
A la salida del metro, al bajar del microbús, al ingresar a la explanada del estadio, y antes de meternos a los túneles de acceso, cientos de policías nos despojaran de cinturones, encendedores y papel que pueda ser utilizado como combustible; así como cualquier objeto que pueda utilizarse como arma.
Y si llegaste temprano, no esperes que te vendan cerveza luego luego. La venta comienza 20 minutos antes del partido, y se acaba 20 minutos antes de que el mismo concluya.
Cantar el himno universitario, también es parte del ritual.

Después, sin importar el resultado final, hay que esperar que los policías abran las rejas porque la porra del equipo rival debe retirarse primero, para no ser objeto de agresiones.
Ya en la explanada, revisar los puestos de playeras y banderas. Tomar otras cervezas, acompañando la torta o los tacos que encuentras.
Seguimos cantando, porque al domingo aún le quedan horas. Y seguramente, la fiesta la seguiremos en otra parte, lejos del estadio.

Esto se lo platiqué a Neto, ilustrándole un poco de lo que hay alrededor de cada encuentro de fútbol.
Hace otros tantos años que le perdí la pista a este vecino. Tal vez ya pudo ser parte del ritual. A lo mejor está esperando la oportunidad… no lo sé.

Sin embargo, gracias a él, cada que puedo regresar a CU, sea cual sea el rival que enfrentamos, lo disfruto al máximo porque pudiera ser la última ocasión.